Todos tenemos un pequeño o incluso a veces amplio espacio, que va destinado a nuestra vida personal; que abrimos sólo a los elegidos, o callamos eternamente. En éste compartimento secreto y personal, se guardar: las malas experiencias, los anhelos, los fracasos, las mentiras, las soluciones que convertimos en derrotas, los vicios, las ausencias, las propuestas efímeras, la rabia, la cólera, la nostalgia, la desesperación, los malos momentos, la timidez, los secretos que nos hacen estúpidos, nuestra propia estupidez, los "nos" que nunca gritamos y se quedan dentro, la vileza, las lágrimas retenidas, las palabras que se quedaron mudas; pues nunca las dijimos, los mañanas, las distancias, la propia osadía de querer ser siempre otros, y no nosotros mismos, la última noche, las cosechas sin recoger, la intolerancia, la ofensa, la dejadez, la cabezoneria, el orgullo, la falta de honestidad, la brutalidad de ser nosotros mismos, la falta de perdón, los sueños incumplidos... tú, yo; todos estamos formados de pequeños compartimentos secretos...
No tengáis miedo a morir- dijo el anciano a su nieto- ten más bien miedo a una vida no vivida.
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